El pecado original es la porción de culpa que ostentamos sobre la muerte y miseria de la parte de la humanidad sobre la que nos apoyamos para auparnos y alcanzar nuestra propia felicidad.
Aceptamos sumisamente que el mundo es así. Claudicamos ante la injusticia.
No, por favor, no os rasguéis las vestiduras. Si incluso Dios lo asumió como error en su intento de perfección, no creo que pueda ser de otra forma.
Pero al menos, dejemos de considerarnos los buenos de la película.
Estamos manchados por la culpa, y eso no hay agua bendita que lo limpie.
Leiv Motiv
Quiero pensar que es mentira que todo sea mentira; que no todo está perdido porque ocupemos el rol de perdedores ab initio. No obstante odio el esnobismo de los que bromean con "La teoría de la conspiración" como si fuera moderno ser conservadoramente imbécil, y elegantemente actual asumir que ser el enemigo del enemigo es, aplicando el denominador común, lo mismo que nada. Detesto a la gente que usa la expresión "las reglas de juego" por una razón tan obvia que espero no tener que explicarla. Éste no es un blog amigable. El mundo pone la sosa, yo intentaré poner el vinagre.
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¿Me pasas el vinagre?