Leiv Motiv

Quiero pensar que es mentira que todo sea mentira; que no todo está perdido porque ocupemos el rol de perdedores ab initio. No obstante odio el esnobismo de los que bromean con "La teoría de la conspiración" como si fuera moderno ser conservadoramente imbécil, y elegantemente actual asumir que ser el enemigo del enemigo es, aplicando el denominador común, lo mismo que nada. Detesto a la gente que usa la expresión "las reglas de juego" por una razón tan obvia que espero no tener que explicarla. Éste no es un blog amigable. El mundo pone la sosa, yo intentaré poner el vinagre.

sábado, 29 de enero de 2011

De la mentira y otros desastres naturales

Y mientras Dios dormía, al séptimo día, Lucifer, que había observado atento y fascinado cada paso de la creación, se bajó de su cuna y gateó hasta la cúpula de donde habían nacido los truenos y se asomó a los confines ignotos recién hechos. Habiendo visto que su padre había hecho todo lo necesario y que él no sería indispensable ideó una fórmula para que jamás el mundo fuera suficiente, y para que él o cualquiera que quisiera rivalizar con Dios pudiera satisfacer su ego enredando a los hombres más débiles, confundiéndolos. Con voz trémula, pues eran las primeras palabras que pronunciaba desde el comienzo de la eternidad, digo: "Hágase la mentira".
Una nube negra, como de ceniza húmeda y fría, descendió desde la cúpula de los truenos hasta la tierra y a su paso envolvió a plantas y animales, pero ninguno se inmutó, y Lucifer henchido de rabia pataleó y lloró como el niño que era. Cuando Dios despertó ya era demasiado tarde. Se colocó junto a su hijo y le dijo: "No te fijes en los animales ni en las plantas. Observa lo que la mentira hace en el hombre. Después juzga si es buena o no lo es." Y volvió a descansar.
Lucifer se enjugó las lágrimas y contempló la nube oscura acercarse a una aldea donde todos respetaban a su padre. Durante un instante no se vio nada, pero al desaparecer aquella masa de ceniza húmeda, el más débil de los hombres, aquel que deseaba los bienes ajenos y ser el jefe de la aldea, fue corriendo de casa en casa, de plaza en plaza, y a su paso los hombres gritaban y pataleaban y dirigían furiosas miradas a sus vecinos que antes habían sido sus hermanos, y siempre se cuidaba mucho de no estar presente cuando entre ellos se peleaban, y desmentía y confirmaba, siempre por separado, lo que cada uno debía escuchar.
Todo el día pasó Lucifer contemplando su obra, y vio que era bueno para él, y a la noche se durmió.
Al octavo día, Dios fue a donde estaba su hijo y le dijo: "Despierta". Cuando Lucifer abrió los ojos toda la tierra que se extendía a sus pies estaba en llamas. Durante la noche las hogueras había prendido hasta los confines del mundo y no había hombre que tomara al prójimo por hermano ni que respetara a su padre, ni que confiara en un amigo. Y entonces, le dijo Dios a su hijo: "Puesto que esa es tu obra, ahí vivirás. Sentirás la mentira en tus carnes y por ella te matarán. Nacerás una y otra vez en la tierra y todas la veces morirás a manos de la mentira: en la guerra, en los callejones, de hambre, en el senado, en tu propia casa. Es mi voluntad que seas un hombre justo hasta el día del juicio. Así verás que no hay peste, plaga o diluvio que dañe más al hombre que esta creación tuya.

2 comentarios:

  1. Responsabilidad de actos Vs. Moralidad...
    ... y en medio, la mentira y la manipulación.

    "Apechuguen", se oyó a un anciano desde la terraza del noveno piso, antes de saltar al vacío.

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¿Me pasas el vinagre?