Leiv Motiv

Quiero pensar que es mentira que todo sea mentira; que no todo está perdido porque ocupemos el rol de perdedores ab initio. No obstante odio el esnobismo de los que bromean con "La teoría de la conspiración" como si fuera moderno ser conservadoramente imbécil, y elegantemente actual asumir que ser el enemigo del enemigo es, aplicando el denominador común, lo mismo que nada. Detesto a la gente que usa la expresión "las reglas de juego" por una razón tan obvia que espero no tener que explicarla. Éste no es un blog amigable. El mundo pone la sosa, yo intentaré poner el vinagre.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Los imbéciles: causas y consecuencias

¿Seré yo? O será ese archiconocido cúmulo de carencias (ignorancia, arrogancia, ombliguismo, imprudencia e incluso mala fe) lo que convierte a una parte jugosa del entorno en memos intratables, en amenazas para mi felicidad. ¿Cuando conseguiré que la ira no me ciegue? ¿Lo deseo acaso? Si no fuera por el vacío que deja la violencia tras de sí (detrás de ese vacío habrá algo mucho peor) abogaría por ella para solucionar un solo problema: el de tener que comerme mi rabia. Sería tan fácil estrellar una cabeza contra la pared y, muerto el perro, se acabó la rabia.
(Desde luego, seré yo.)
Pero el iracundo, como el yonki o el político, encuentra la resistencia a su redención en la misma base de su impuslo vital. Duermo la ira durante horas, días, semanas, y me acostumbro a verla despertarse con legañas en los ojos ya inyectados en sangre. ¿Aplacarla sifgnifica madurar o claudicar? ¿Hacen falta palabras u ostias? Tan convencido como estaba de todo y ahora, que le veo el cartón al muñeco, me entran unas ganas tales de limpiarme el culo con lo políticamente correcto que no sé si merece la pena intentar ser libre y ser bueno, cuando aun nadando en nuestra insultante abundancia somos culpables y estamos presos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Me pasas el vinagre?