Leiv Motiv

Quiero pensar que es mentira que todo sea mentira; que no todo está perdido porque ocupemos el rol de perdedores ab initio. No obstante odio el esnobismo de los que bromean con "La teoría de la conspiración" como si fuera moderno ser conservadoramente imbécil, y elegantemente actual asumir que ser el enemigo del enemigo es, aplicando el denominador común, lo mismo que nada. Detesto a la gente que usa la expresión "las reglas de juego" por una razón tan obvia que espero no tener que explicarla. Éste no es un blog amigable. El mundo pone la sosa, yo intentaré poner el vinagre.

viernes, 25 de febrero de 2011

Cosas sin importancia:

        Trasteando por el BOE por razones que no vienen al caso, no vayáis a pensar que es mi libro de cabecera, me encontré esto:
        REAL DECRETO 396/2007, de 23 de marzo, por el que se regula la bonificación de cuotas de la Seguridad Social respecto de los trabajadores contratados con motivo de la celebración de la Exposición Internacional Zaragoza 2008.
       La disposición adicional octava de la Ley 42/2006, de 28 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2007, establece que los países participantes en la Exposición Internacional Zaragoza 2008 y las personas jurídicas que los representen, así como las organizaciones internacionales participantes en dicho evento y la empresa pública Expoagua Zaragoza 2008, S.A., tendrán una bonificación del 100 por cien en la cotización a la Seguridad Social por contingencias comunes y por los conceptos de recaudación conjunta con las cuotas de la Seguridad Social, respecto de los trabajadores que contraten directamente para la realización exclusiva de labores estrictamente relacionadas con su participación en el citado acontecimiento. 

      ¿Cuántos millones de euros salieron de la caja única de la Seguridad Social camino de los bolsillos de los empresarios que fueron elegidos para lucrarse con el circo de la Expo 2008? Tan sólo hace dos años de esto: ¿ya tenían pensado recortar salarios, congelar pensiones y retrasar edades de jubilación? Y lo que es más importante: ¿cuántas actividades de este tipo estarán bonificadas desproporcionadamente, mermando el  montante total de cotización? Por último, ¿100%? ¿Saben cuánto se bonifica a una mujer parada de larga duración con un 40% de discapacidad reconocida por la S.S. que decida convertirse en autónoma?: Un 35%.


       La otra cosa sin importancia de hoy es que ENDESA ha obtenido un aumento del 20% en sus beneficios con respecto al año anterior, alcanzando en el ejercicio 2010 los 4.129 millones de euros. La factura de la luz subió alrededor de un 16% durante los últimos doce meses, aunque resulta difícil de estimar. Desde enero de 2006 hasta finales del pasado año, el incremento total ha sido de un 44%, mientras que el IPC ha subido un 12%. 
       Por otro lado, Telefónica ha declarado un beneficio de 10.167 millones de euros en 2010, lo que supone un incremento nada despreciable, teniendo en cuenta la base porcentual, del 7.1%.
      Sin meditarlo demasiado, lo reconozco, dejándome llevar por el momento, sólo me sale una cosa: Gracias a la ingeniería genética, ¿habría alguna posibilidad de extraer de Hugo Chávez tan sólo el gen que le predispone a la nacionalización de los recursos e implantarlo en cualquiera de los dos espantajos que optan a presidentes del gobierno en nuestro país? Lo digo porque, básicamente, entre los beneficios de estas dos empresas se podría tapar el agujero que obligó a mediados de 2010 a reducir el salario de los funcionarios en un 5%, a congelar las pensiones y que propició el establecimiento de la tasa de reposición funcionarial entre el 10 y el 30 por ciento.

     Para ENDESA, TELEFÓNICA, gobierno y oposición, les dedico este clásico básico que, de haberse escrito hoy, sólo cambiaría de nombres propios:



miércoles, 23 de febrero de 2011

El Yo y el volcán

Según el informe anual sobre la juventud (15-24 años) elaborado por la Fundación Santa María, ésta es la primera generación que está convencida de que vivirá peor que sus padres. El 81% no participa en ningún movimiento asociativo; el 75% desconfía de la Iglesia; el 51% desconfía de la política y la considera algo ajeno. La institución mejor valorada sigue siendo la familia, y en contraposición con la denostación de la re publica, se observa un fortalecimiento de los lazos parentales, así como una privatización de los vínculos familiares.
Gonzalo González, sociólogo encargado de la presentación del informe, propone el concepto de modernidad líquida, desarrollado por Zygmunt Bauman, como síntesis y conclusión de los datos revelados.
Bauman, filósofo polaco, comunista y judío, perseguido en casi todos los países donde intentó vivir (no sabemos bien si por filósofo, por polaco, por comunista o por judío, o por permutaciones de esos cuatro elementos sin repetición), gozaba no sólo de una lucidez extrema en su visión de la evolución de la conciencia social, sino también de un talento literario exacerbado. En base a estas dos aptitudes, dio en comparar la identidad moderna con la superficie del magma volcánico, que se solidifica, refunde y cambia de forma constantemente, adaptándose a las condiciones orográficas y ambientales.
Dice así mismo Bauman que esto ocurre por una ausencia de telos o fin, aunque también cabría la posibilidad, desde mi humilde punto de vista, de sustituir sutilmente esa ausencia por el exceso.
Volviendo a las palabras de González, éste remarca que "jamás el joven ha tenido tantos roles como ahora", precisamente a causa (o como consecuencia) de esa liquidez identitaria. Son esos múltiples roles los que nos hablan de una multiplicidad también en cuanto a fines, aunque el término griego telos no puede equipararse al español fin en sentido estricto. El telos nos habla de un fin último, un propósito definitivo. Acaso el telos triunfante en esta modernidad líquida es la propia capacidad de adaptación, y si eso es así, hagamos otra reflexión: ¿es esto producto de la evolución o de la involución?
Iglesia, clase política, sindicatos, asociaciones ciudadanas, todo suena a los jóvenes a instituciones del pasado; entes, en la mayor parte de los casos rígidos e inamovibles. La desafección se produce sobre los restos aún vigentes de una premodernidad líquida. Sin embargo, los soportes y canales diseñados para albergar lo fugaz y cambiante gozan de un éxito pasmoso y concentran toda la atención de las nuevas generaciones.
¿Cómo hemos pasado por alto que el telos de la evolución es la evolución en sí, y no una suerte de estabilidad ideal?
Lo que los jóvenes creen es que vivirán peor que su padres siempre y cuando tengan que vivir con las reglas de su padres, pero eso no ocurrirá. Ya apenas ocurre. El reto será mantenerse despierto. La lava identitaria puede precipitarse ladera abajo arrasando todo a su paso, o surcarla concienzudamente, trazando en su camino el mapa de una nueva realidad social.
Si hemos de ser líquidos, vertámonos por donde deseemos, y sólo siempre y cuando lo deseemos.

sábado, 19 de febrero de 2011

Ego, te absorbo


¿Qué tendrán los artistas, que parece socialmente aceptado el hecho de que su ego esté por encima de la racionalidad y el sentido común?
El ego del artista: ¿qué carajo significa eso?
¿No es como el ego de fontanero o el matarife? ¿Se trata de algo más sofisticado, más kistch?
En todas las ciudades en las que he vivido existe una relación de proporcionalidad inversa entre la envergadura del movimiento artístico y las dimensiones del artiste(g)o, o lo que viene a ser lo mismo: cuánto más pequeño es el cuerpo, más sombra da. Y, como en el Mito de la Caverna, los artistas se miran en las sombras en lugar de hacerlo en sus cuerpos, por lo que, absurdamente, cuanto menor es el número, menos caben en una misma ciudad.
Es curioso. Eso mismo ha pasado con la izquierda en innumerables ocasiones. De ahí que el filósofo Gustavo Bueno diferencie meridianamente entre LA derecha y LAS izquierdas, y considere que una de las diferencias fundamentales entre ambas desde el punto de vista etiológico sea precisamente esa capacidad que conservan, la una, de homogeneizarse hasta la supresión de la diferencia, las otras, de diverger hasta la disolución de la afinidad. Completando esta reflexión yo diría que esa tendencia divergente se potencia a medida que disminuye el número de individuos. Quinientos camaradas en un comité pueden estar de acuerdo en algo, pero cinco de ellos horas más tarde en la barra del bar discutirán encarnizadamente por el color de los calcetines de Lenin.
Esta inclinación natural a la discusión es un rasgo propio del ser humano evolucionado. No en vano, rezaba la máxima de algún político puro de finales del XIX, tipo Cavour o algo así, que la mentalidad del hombre retrocede medio siglo cuando se encuentra en colectividad. No en vano, del desgranamiento de la discusión, y posterior reflexión nace el pensamiento elevado y el criterio preciso.
Pero resulta tan estúpido discutir sin saber escuchar como considerarse artista sin saber mirar. El ego de la izquierda se parece al del artista. Ambos construyen un mundo interior y tratan de defenderlo de los embates de un mostruo endémico con tanto ahínco que al final, el monstruo se instala en sus cabezas, y ni siquiera tiene que aguardar a las puertas de ese mundo para sitiarlo. Para ambos, la incompresión, la intransigencia, la cautividad y la censura son definitivamente mortales, y la lucha contra todas ellas está tan arraigada en su patrón de conducta que muchos de ellos hacen más bandera de esa lucha que de los logros obtenidos durante la paz.
Y un artista, cuando no se pelea con los que le rodean, puede apreciar lo que estos hacen, puede crear sin mirarse el ombligo y puede hacer crecer su figura y disminuir su sombra. Resulta patética la suficiencia que se lee en los ojos de los artistas de medio pelo, incapaces de admirar a sus semejantes, de alegrarse por sus triunfos. ¿Seremos capaces algún día en esta ciudad de sacudirnos ese lastre? Creo que todos merecemos y necesitamos hacer un profundo examen de conciencia, mirando a nuestro corazón y no a la oscura silueta que proyectamos en nuestra prisión inventada.

viernes, 18 de febrero de 2011

El miedo cambia de bando


Anwar Zibaoui, analista político experto en el mundo árabe resumía con esta frase lapidaria lo que está sucediendo en las últimas semanas, en el programa de ayer de Toni Garrido en RNE. ¿Puede eso ser así, o se trata simplemente de una frase afortunada, pero más cerca de la literatura que del periodismo? Ya no es el pueblo el que tiene miedo de ser oprimido y suprimido, sino los gobiernos los que temen la ira del pueblo, continuaba su razonamiento. Y si esto es así, ¿qué arma o qué poder ha provocado que el peor compañero en la guerra huya al bando de los enemigos?
A simple vista, parecen confirmarse innumerables lemas y dichos populares, de cuya veracidad, por otro lado, nunca dudamos; véase, la unión hace la fuerza, o  divide y vencerás. El pueblo tunecino o egipcio se une, en un alarde de valentía, contención organizativa, tesón y solidaridad social interclasista, y esa fuerza provoca una división definitiva en el seno de las instituciones que integraban el poder fáctico de dichos regímenes.
Suponiendo que estemos de acuerdo con este razonamiento, abordemos la siguiente cuestión. ¿Cuál es el detonante de esta unión? ¿Qué hace de pegamento? ¿La subida del combustible, del trigo y del maiz? ¿La abismal diferencia entre pobres y ricos en el pseudodemocrático sistema de gobierno de los páises árabes? No lo creo. Eso, no sólo ha sido así siempre (e incluso peor), sino que es común denominador en todas las sociedades orientales y occidentales, australes y boreales.
¿Qué fenómeno recorre entonces a estas comunidades y, como un pulso magnético va fundiendo los viejos aparatos eléctricos de los tiranos eternos? Puede que lo que haya sucedido en el mundo árabe no haya sido un cambio propiamente dicho, sino la maduración de ese cambio. El pueblo ha asimilado la libertad que emana de las nuevas tecnologías. Ya tenían internet, como nostros, pero ahora lo han interiorizado (¿lo hemos hecho nosotros?). Internet ha sido ese medio incensurable de manera selectiva desde el que se han convocado las prostestas, el pegamento que ha aglutinado, no sólo a un numero suficiente de ciudadanos, sino también de clases, como para que el miedo haya corrido a cambiar de bando.
Pero como en todas las revoluciones, la mitad se libra dentro del país y la otra mitad fuera. Y a través de Internet hemos visto y oído la revolución egipcia en directo; hemos escuchado los testimonios de decenas de ciudadanos; han retransmitido radio y televisión, a pesar de los intentos de bloqueo informativo por parte del régimen de Mubarak. Y la parte de la revolución que se basa en la presión exterior también se ha visto soportada.
Esto me lleva a otra reflexión, que más que preocuparme me fascina: Si el pueblo usa internet para pedir pan, ¿quiere esto decir que es más fácil el acceso a la tecnología que a la comida?
Por último, ¿es esto aplicable al resto de países, como Marruecos, Argel, Libia o Irán y sus satélites? Cada caso tendría que ser estudiado por separado, y aquéllos cuyos pueblos estuvieran dispuestos a llevar a cabo su cincuenta por ciento de revolución, dependerán del trabajo llevado a cabo por los medios extranjeros. Desde mi humilde persona, mi agradecimiento y más sincera enhorabuena a profesionales como Juan Ramón Lucas, Toni Garrido o Angels Barceló, así como a Rosa Molló, Jon Sistiaga y tantos otros, que sin poner la voz o el rostro, algunos a costa de su vida, nos cuentan cuentos de guerras y revoluciones.
A los primeros por poner el cerebro y el megáfono; a los segundos, por poner el micrófono y el corazón.


miércoles, 16 de febrero de 2011

La derecha y su mano izquierda (II)

Hace poco recibí en mi buzón un folleto publicitario de algo así como Electrodomésticos Martínez, una tienda de San Roque o San Fernando, o vete tú a saber, cuyo slogan rezaba, nada más y nada menos, “Posiblemente los más baratos de toda Europa”. Me hizo gracia. Me pareció el culmen de toda una saga de lemas deplorables como, “líder en informativos”, “especialistas lo recomiendan”, “el afeitado definitivo”. No obstante y para mi regocijo, a los pocos días esta bravata se ha quedado corta, pueril, casi a la altura de Leire Pajín.
Hoy Francisco Camps ha afirmado que es el candidato con más apoyos de todos los candidatos de todas las democracias occidentales, posiblemente.
Y a mí que me da que es verdad…
Fuente: http://lacomunidad.elpais.com/pacogarabato/2009/5/31/camps

La derecha y su mano izquierda (I)

Según los medios, Silvio Berlusconni planea viajar a Sicilia para estar mas cerca de la crisis de Lampedusa. Fíjate, que no me veo yo al mayor fascista de Europa arrimándose a los inmigrantes escupidos de Túnez. La gente como él suele ejecutar desde lejos. Lo que sí me parece es una excusa magnífica para acercarse a la isla de las grandes “familias”, a negociar su inocencia en el juicio que se le avecina. Hay cosas que sólo pueden arreglarse en persona.

Fuente de la imagen: http://lachaiza.blogspot.com/2010/11/bersluconi-negociaba-con-mafia.html

martes, 15 de febrero de 2011

¿La Libertad?

Dios ilustrado.
Mentira de ateos.
Broma de Estado.
Sueño vampírico.
Arma de destrucción masiva...

Un hombre despierta a las seis de la mañana. Se dice libre porque su padre murió en una guerra que los suyos perdieron y se lava, sin pensarlo, con el agua con la que fue bautizado, de la que bebieron las reses de sus ancestros y que enjuagó, tal vez, las heridas de algunos de sus enemigos. Elige, de entre sus tres monos de trabajo, el menos sucio; monta en su coche de segunda mano y marcha a la mina. Encerrada, enterrada, la libertad tose y se asfixia como cada día. Al cabo, la sirena suena y la gruta horadada escupe a ciento cuarenta y dos hombres, “si Dios quiere”, rezan sus esposas. “Al fin libres”, dirán ellos, de camino a casa, deseando llegar y acostarse.

Una mujer marcha al mercado. Escoge la carne en función de su precio, el pescado según el color de las agallas, los plátanos por sus pintitas negras, la sal por ser yodada y el pan grande porque hoy viene a comer su hijo. Y cuando va a pagar a la caja la misma duda le asalta y se detiene: nunca sabe en qué cola ponerse.

Un anciano sale a la calle y pasea hasta el parque bordeando un colegio. De camino se detiene en el kiosco y compra maíz tostado para las palomas. Junto a él dos niños mascan chicle y discuten de fútbol. Por un instante evoca su infancia en un nítido recuerdo y, momentáneamente, se siente libre pues aún es dueño y señor de su memoria. Camina de nuevo, arrastrando las alpargatas. Ya ve de lejos la cancela del parque. “¡Abuelo, abuelo!”, grita una voz desde atrás. “¡Abuelito!”. Se gira, pero tan sólo ve a los dos mocosos mascando chicle. “Este oído mío...”, piensa para sí mientras reemprende la marcha. “¿No era tu abuelo?”, le pregunta un niño a otro. “Sí, pero ya no me conoce. Mi madre dice que tiene una enfermedad que se llama Alzheimer”.

Un niño pequeño colorea uno de esos cuadernos infantiles y, empuñando las ceras, avatar de su imaginación, rellena de azul la copa del árbol, de rosa el tronco. Pinta de naranja el cielo y negros los pétalos de las flores. Dibuja una luna malva, reflejada sobre el agua verde del lago. Y a lo lejos, muy a lo lejos, sobre una montaña amarilla, en la cima de roja nieve se dibuja a sí, transparente. Su madre acude, deseosa de ver los progresos de su hijo y al observar el resultado le reprocha, mitad desilusión, mitad preocupación: “Luisito, cariño, ya eres mayor para estas pinturas. A ver si un día me haces feliz y coloreas las cosas como son de verdad”.

Juan va a clase y el profesor le pregunta: “Juan, ¿qué es la libertad?”. Juan calla y así permanece. Al cabo de un minuto el profesor insiste: “Juan, te he preguntado que qué es la libertad”, pero Juan continúa en silencio. El profesor, enojado, le increpa: “¡Juan, ¿por qué no contestas a mi pregunta?!”, a lo que Juan responde: “Sr. profesor, le di dos respuestas”.

La libertad es lo que diferencia a los hombres buenos de los malos hombres: los primeros siempre la buscan. La libertad es un espíritu, meta de un impulso. Ése impulso lo provoca la buena condición humana. Buena condición y libertad son, respectivamente, origen y fin de una fuerza y en ése impulso vive el hombre bueno su vida.

viernes, 4 de febrero de 2011

Mierda

     Ya está. Ahora tengo claro que la culpa de todo no la tienen los políticos, ni la iglesia, ni los bancos, ni los desastres naturales, ni el cáncer, ni Telecinco.
   La culpa de todo no la tiene nadie. Todos tenemos una parte de culpa. Todos tenemos dentro, llamémoslo como queráis: sombras, claroscuros, intenciones aviesas, tempestades... Llamémosle para entendernos BASURA. La mierda que nos salpica el alma, en mayor o menor medida, es la causa de todos los males de este Universo. De nosotros, los más peligrosos, los que se creen limpios. De éstos, los más dañinos, los que menos lo son. Todos nos consideramos maravillosas personas. El imbécil se cree listo; el egoísta, solidario; el intransigente, tolerante; el falso, honesto. Veamos entonces: ¿qué se cree el que es realmente listo, solidario, tolerante y honesto? En el supuesto caso de que exista alguien así, ¿qué opinión tendrá de sí mismo? Imposible de averiguarlo. Tratemos entonces de encontrarlo para preguntarle. ¿Por dónde empezaríais a buscar vosotros? Yo por las cloacas, por los cajeros, debajo de los puentes, en la cárcel, en esos lugares especiales que los débiles de mente y espíritu le hemos reservado a los que podrían escupirnos a la cara la mentira en que se basa nuestro mundo. Nuestro Estado del Bienestar me provoca arcadas, y por mucho que me joda reconocerlo he de decir que tenemos mucho más de lo que nos merecemos.
Foto: Mambolandia 2010 .